** Iluminado arba`a**

Allí en su gruta olvidada
oculto andaba el Rabino,
la piel semidestrozada,
bebiendo sangre cual vino.

La vida lanzó sus enojos,
la noche rompió sus cadenas,
lleno de espinas y abrojos
el mismo escribió su condena.

Las voces que nunca escuchaba
clavaron placer en su boca,
la daga que no imaginaba
hirió como espada a la roca.

La luz encendió su camino
hirvió la fiera sedienta,
entre llantos y quejidos
se mostraba mas hambrienta.

Hambrienta de dar su espacio,
de iluminar con su trino,
de envolver hasta el ocaso
al destrozado Rabino.

La mueca en sus ojos fue espanto,
pulsaron tormentas heladas,
la muerte se vino despacio,
la tumba atrapó su mirada.


José Ángel
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